SALAMANCA III.
La explosión de color que transformó un "hospital frío" en una vivienda cálida y acogedora.
«Nuestra sobrina no quiere venir a vernos porque nuestra casa le parece un hospital». Esa era la frase que resumía la frustración de P. y G. respecto a su recién estrenado hogar. Habían afrontado en solitario la reforma de la vivienda y habían acumulado varias malas decisiones que no sabían cómo resolver. Estaban tan bloqueados que lo único que tenían era una preciosa lámpara de diseño italiano que ni siquiera se atrevían a colgar.
Lo primero que hicimos fue resolver algunos detalles en la cocina que, al estar integrada, estaban afeando seriamente el conjunto: cerramos con una tabica el hueco sobre los muebles altos y, para aportar calidez (era completamente blanca) añadimos una barra de madera natural con taburetes, coronada por unas preciosas lámparas de color menta.
Resuelto este espacio, decidimos apostar por el color tanto en el estar como en el comedor. Respetamos el gusto por la base neutra de nuestros clientes pero no escatimamos en tonos mostaza y verde en los accesorios y complementos. Ambos colores, junto con toques de madera y negro, están repartidos por toda la estancia, dando como resultado una imagen coherente y alegre.