Para adaptar esta vivienda a sus nuevos propietarios tuvimos que darle un vuelco a la distribución. La manera antigua en la que se vivía esta casa estaba en las antípodas de las necesidades de nuestros clientes.
Uno de sus grandes deseos esa tener una family-room donde los niños (tres) tuviesen espacio para jugar. Idelamente, debía estar cerca del salón y comunicada visualmente para tenerlos cerca y poder vigilarlos. Querían también una cocina independiente con office para toda la familia y cuatro dormitorios. Y por supuesto, mucho espacio de almacenamiento.
La manera de lograr todos estos objetivos pasaba por cambiar la ubicación de la cocina. Revisamos bien todas las instalaciones y vimos que era factible. Con este gesto conseguíamos agrupar los dormitorios y diferenciar muy claramente las zonas de día y de noche, algo que en la propuesta original no estaba conseguido.
El gran protagonista de los acabados es un suelo de madera natural. También es muy especial la librería integrada en el tabique que separa el salón de la family-room, cuidada al detalle para integrar las puertas correderas que separan ambas estancias.
En la decoración apostamos por toques retro-chic como el terciopelo en colores verde, azul o rosa. Lo combinamos con detalles en dorado, contando siempre con la apuesta segura de la calidez de la madera.
Los 3 baños de la vivienda tienen cada uno un proyecto específico. Apostamos por los sutiles ligeros toques de color en el más pequeñito, destinado a los niños. En el baño en suite el protagonista es el glamour, gracias el aparador reconvertido en mueble para el lavabo y el fantástico suelo geométrico de teselas. El baño de cortesía se resuelve con un zócalo de azulejo blanco y un precioso tono azul, muy cálido y acogedor.