Menorca. Madrid.

Sobre este proyecto

Los propietarios de este estar-comedor con cocina integrada habían adquirido su casa con mucha ilusión. La reformaron con algún que otro disgusto y entraron a vivir en ella, amueblándola con algunas piezas que ya tenían y otras nuevas que adquirieron ex professo para su recién estrenado hogar.

A las pocas semanas se dieron cuenta de que algo fallaba. La casa no les transmitía las buenas sensaciones que esperaban. No terminaban de sentirse a gusto. Aunque eran amantes del nórdico, el blanco y la luz, el espacio les resultaba frío y poco acogedor. Se pusieron en contacto con nosotros para pedirnos ayuda y nos pusimos manos a la obra.

Buscaban algo muy luminoso pero también con mucha personalidad. Les apetecía incluir notas de color, pero no tenían claro cómo materializarlas, si añadir un papel pintado, cambiar el tono de alguna pared o apostar por piezas de mobiliario más coloridas.

Por otra parte, el espacio era muy amplio e integraba varias piezas con usos diferentes: el estar, el comedor, la cocina y el vestíbulo. En la reforma habían dejado algunos machones e irregularidades que dificultaban el amueblamiento y la luz artificial tampoco era la más acertada.

Con toda esa base, empezamos a trabajar. Después de hablar mucho con ellos, decidimos mantener la envolvente neutra y apostar por piezas de mobiliario ligeras y de diseño contemporáneo. A esa base neutra, añadiríamos las notas de color en alfombras, cuadros y complementos con mucha personalidad.

Para que todo el espacio fuese coherente, añadimos guiños que los conectaban. Los tonos azules y mostaza están presentes en todas las estancias. También el vidrio y elementos metálicos aparecen salpicando tanto el vestíbulo como el estar y el dormitorio.

En la cocina, añadimos algunos elementos para hacerla más vividera, como una barra de madera con lámparas y taburetes.

El resultado es tan espectacular como lo ves en imágenes. Y ellos están tan felices con el resultado, que es lo realmente importante.